La restauración ha sido realizada por Alfredo Piñero Garay, profesor de Conservación y Restauración de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de la Comunidad de Madrid, ayudado por su esposa Isabel Guillén Martínez.
Ha sido una pequeña restauración, consolidando las zonas en las que el dorado y la pintura estaban un poco levantadas y realizando una limpieza general del cuadro. Por ello, no se aprecian grandes cambios.