Oración General para Mayo
Padre Celestial, Tú has querido que en María se reflejase tu amor.
¡Gracias por habernos dado una Madre tan perfecta! Ella es para nosotros una nueva revelación de todos los tesoros de bondad que se encuentran escondidos en tu corazón paterno, nos muestras hasta qué punto Tú eres bueno y dulce en tu amor.
Con su ternura y su solicitud, Ella nos hace conocer el afecto delicado y vigilante que te une a Tí con nosotros, puesto que toda la fuerza de tu amor materno desciende a Ella de tu corazón de Padre.
En María no hay nada que no le haya sido dado expresamente por Tí: Ella trae a nosotros tu imagen, nos hace descubrir tu rostro de amor.
Sin el consuelo de su presencia y la continuidad de sus atenciones, nos faltaría una de las pruebas más evidentes de que Tú estás continuamente cercano a nosotros, para sostenernos, consolarnos, y protegernos. Su mirada bondadosa y su inmensa piedad para con los pecadores, como somos nosotros, nos invitan a creer que tu misericordia es inconmensurable y que no se deja vencer por la ingratitud y por la maldad.
María nos muestra cómo Tú nos amas y nos impulsa a confiarnos completamente a tu amor.
¡Te damos gracias porque te agrada manifestarte y darte a nosotros a través de Ella!
Amén
Lecturas del Jueves de la 5ª semana de Pascua
Jueves, 14 de mayo de 2020
Fiesta de San Matías Apóstol
Santas María Dominica Mazzarello rl, Justa y Enedina mrs.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (1,15-17.20-26)
En aquellos días, Pedro se puso en pie en medio de los hermanos y dijo: – Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo, por boca de David, había predicho, en la Escritura, acerca de Judas, que hizo de guía a los que arrestaron a Jesús. Era uno de nuestro grupo y compartía el mismo servicio. En el libro de los Salmos está escrito: «que su morada quede desierta, y que nadie habite en ella», y también «que su cargo lo ocupe otro». Hace falta, por tanto, que uno se asocie a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús, uno de los que nos acompañaron mientras convivió con nosotros el Señor Jesús, desde que Juan bautizaba, hasta el día de su ascensión. Propusieron dos nombres: José, apellidado Barsabá, de sobrenombre justo, y Matías. Y rezaron así: Señor, tú penetras el corazón de todos; muéstranos a cuál de los dos has elegido para que, en este servicio apostólico, ocupe el puesto que dejó Judas para marcharse al suyo propio. Echaron suertes, le tocó a Matías y lo asociaron a los once apóstoles.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 112,1-2.3-4.5-6.7-8:
R/. El Señor lo sentó con los príncipes de su pueblo.
Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor ahora y por siempre. R/. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos; su gloria, sobre el cielo. R/. ¿Quién como el Señor Dios nuestro que se eleva en su trono, y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? R/.
Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo. R/.
Evangelio
Lectura del Santo Evangelio según san Juan (15,9-11):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»
Palabra del Señor
Oración Final
Oh María,
Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del Pueblo, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.
Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!
(Oración del Papa Francisco ante la especial situación mundial por la Pandemia)